lunes, 12 de febrero de 2007

ANDA QUE SI SUPIERAN...

No me muevo de mi sitio, no dejo de mirar la pantalla, mis dedos vuelan sobre el teclado. "¡Qué chica tan trabajadora!". Y es que cuando todos los proveedores tienen ya sus pedidos, cuando quedan sólo quince minutos para salir del trabajo y ya no da tiempo a mirar stocks, cuando suena "imagine" en la radio... poco se puede currar ya. El día-muermo ha terminado. ¡Hasta mañana, ahí te quedas!. Mañana volveré a ser esa máquina-aparente-de-trabajar que teclea sin parar. Ahora soy sólo esa que se sienta al fondo del despacho y sonríe cuando entra algo, que dice que sí cuando el jefe dice que no. Escribir, ese placer oculto tras un monitor que no deja ver lo que uno hace realmente.
Estropicio número uno: el aburrimiento. Antídoto número uno: vamos a hacer cosas. Podemos escribir historias sobre cuerpos que salen de la playa, podemos planear cuál es el siguiente curso que queremos hacer siempre que los ahorros lo permitan, pero sobre todo, podemos imaginar lo que queramos. Porque para eso, aunque estemos pegados a una silla de oficina, tenemos la mente libre. Eso no nos lo podrán quitar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

En esas estamos. Soñar, planear, escribir, pensar, quizá sea la única manera de rentabilizar personalemente un trabajo.

Otros blogs a visitar