lunes, 23 de abril de 2007

MIEDOS

Soy especialista en miedos. Es más, seguro que podría hacer una tesis doctoral. El miedo es una emoción que se puede manifestar en el cuerpo de muchas maneras. Yo te cuento mis vivencias y seguro que alguna puedes identificar en tu propia vivencia, y si hay alguna que yo no haya puesto, me encantará que me ilustres.
Miedo aplastante: es como si te metieran dentro de un winzip. Tu cuerpo se va comprimiendo de arriba a abajo, el aire de pronto es pesado y cuesta respirar.
Miedo paralizante: es aquel en el que una fuerza invisible no te deja moverte, unos dedos te agarran desde detrás y te dejan sentado en una silla, con aspecto bobalicón y balbuceando tonterías. Quieres moverte y no puedes, sólo te quedas esperando que lo que sea, se solucione pronto.
El agujero: un día te levantas y sientes un agujero en la tripa, un agujero negro y vacío que necesitas llenar de cualquier manera, y vagas sin rumbo fijo buscando algo que te rellene el hueco, lo intentas tapar pero el agujero se mueve y te recuerda que está allí.
Miedo digestivo: es aquel en el que cualquier día te entra la vomitona y la diarrea, lo que el hermano de una amiga llama "vomicaca"; te entra un calambre que te sacude desde la garganta hasta el bajo vientre, que desemboca en una gran náusea en la que quieres expulsar, expulsar hasta sacarlo todo.
Miedo tembloroso: las sacudidas eléctricas en este caso vienen por el tronco, y siguen por las extremidades, tiemblas sin parar y no puedes parar, de alguna manera te calma y de otra manera te da más miedo.
Miedo ahogante: no puedes respirar, te ahogas y tratas de coger aire como puedes, cada vez respiras más deprisa y cada vez te falta más aire, entras en un círculo vicioso del que no puedes salir, no puedes hacer más que abrir las vías respiratorias y tratar de llenarte de aire como puedes.
Claro está que te puede dar un día un miedo puro, o te puede dar una mezcla de varios.

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