domingo, 11 de noviembre de 2007

OTOÑO

El año pasado estaba montada en un verano permanente y me caí de golpe dentro del invierno frío y seco de Madrid. Cuando estás en pantalones cortos tanto tiempo, pierdes toda noción del tiempo y pasar al abrigo de plumas por cuestión de supervivencia no es nada romántico. Por eso este año disfruto mucho más del otoño.

Hay un no sé qué en la luz tamizada del sol que te cambia el estado del ánimo y hace que sólo te apetezca sentarte delante de la ventana a contemplar las hojas amarillas y rojas que ahora tienen mis tres cerezos. Los árboles de color amarillo brillan con fuerza y parecen pequeños astros con luz propia, y dentro de nada habrá un manto de hojas que parece que abrigan el suelo.

Hace dos años que no veía un otoño y me hace evocar épocas pasadas, comparando cómo estaba la vida hace tanto tiempo, qué hacía, dónde estaba... Me salto un otoño y despierto asombrándome cómo ha cambiado la vida.

Disfrutad del colorido arbóreo, dura poco.

Otros blogs a visitar