domingo, 25 de marzo de 2007

SOY DOS

Jamás antes había sentido tan patente mi dicotomía. Ya sé desde hace tiempo que mi personalidad se encuentra un tanto disociada y que ora puedo ser una, ora otra, a veces incluso varias. Dependiendo de la situación. Dependiendo de con quién esté. Dependiendo del miedo que tenga.
Tengo dos hemisferios cerebrales que no se comunican. A veces pasan cosas como hoy, que salgo de una representación teatral, que salgo de danza vivencial, que he tenido cualquier experiencia artística y es como si se encendiera la bengala como aquellas de cuando éramos pequeños en navidades: ¡fum! de repente se activa el hemisferio derecho y tengo la impetuosa (porque yo soy impetuosa) necesidad de sentarme a escribir, o de sentarme a pensar lo que me gustaría escribir. O me invento una canción. Y pienso que esta soy yo de verdad, que soy la creativa, la que inventa, la que comunica, la que está de verdad detrás de esos ojos azules-grises-verdosos que me caracterizan, y quiero ser así siempre y que nunca me abandone el espíritu.
Pero hay otro espíritu, y ese es el hemisferio izquierdo, el genial, el fuera de lo común, el extraordinariamente inteligente que piensa, que cavila, que busca explicaciones y soluciones. Se disfraza de tela verde de quirófano porque tiene forma de ciencia. Yo lo achaco a la educación. Se olvidaron de mi hemisferio derecho y me potenciaron el izquierdo, y entonces ya no soy yo, soy la niña de seis años que aprende a toda velocidad para que Papá y Mamá estén orgullosos.
Y podría ponerme a hablar no sólo de hemisferios, sino ya de identidades, de ser la buena o la mala, de ser la divertida o la depresiva, de ser la presente o la ausente, de ser la que quiere y la que no quiere.
Hoy por fin entiendo qué significa integrar dos partes, ni una es buena ni la otra es mala. Ni hay que vivir con un hemisferio ni con el otro. Los dos forman parte de mi, los dos soy yo, sólo es cuestión de aceptar ambos y fundirlos como se funde el chocolate cuando lo pones al fuego. Vale... ¿pero cómo?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Y las dos son maravillosas. No dejes que se pierdan, anda.

Un beso.

APHICE dijo...

Gracias guapetón, tú siempre ahí en el momento justo

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